El 26 de noviembre de 1986 Star Trek IV: Misión Salvar la Tierra debutó en las pantallas de cine de todo Estados Unidos. El tono distendido de la película y el mensaje ecologista provocó el entusiasmo de los espectadores, y se convirtió en la primera película de Star Trek en atraer tener a un público mayoritario que normalmente no estaría interesados en las aventuras de la tripulación del Enterprise. A la película a menudo se la llama como «la de las ballenas» que sigue encandilando a la audiencia actual. En “Cuaderno de Bitácora E magazine” hemos querido celebrar su 30 aniversario con un recuerdo.
«Tendrá ballenas.»
Sentado en unos servicios con poca iluminación en Columbus en Mineola, NY, en algún momento en 1985 oí esas palabras de Adam Malin, al co-fundador de la Animation Creation durante una presentación acerca de la muy esperada “Star Trek IV” para el año siguiente.
«Ballenas y Eddie Murphy.»
¿Disculpe?
La fiebre por Star Trek había alcanzado su punto culminante después de devorar Star Trek II y III, así como los 79 episodios de la serie original en una sucesión muy rápida entre 1983-1985. Después de años de negar lo impresionante fue Star Trek, ahora no tenía suficiente.
Pero ¿ballenas y Eddie Murphy? ¿En serie? Tratemos de imaginar un tiempo sin internet, sin YouTube, cuando los fans se mantenían unidos gracias a las convenciones, fanzines, y revistas del género como Starlog y Cinefantastique. Animation Creation eran los proveedores de las convenciones a principios de los años 70, y además habían abierto una tienda de cómics a pocas manzanas de mi casa.
Todavía tenía que asistir a uno de sus espectáculos más grandes en la ciudad de Nueva York, pero sería la sede local de «mini-contras», sin celebridades, con distribuidores, etc., pero, no obstante, divertida, y allí compartiría pedacitos de información recogidos de los contactos con la comunidad de fans y me imagino, en Paramount.
Estaba menos preocupado por lo de las ballena que por la aparición de Eddie Murphy. No me malinterpretéis: me encanta “Superdectective en Hollywood” y “Limite 48 Horas”, que siguen estando entre mis favoritas. Pero con su nombre, «Star Trek IV “seria comparable a “Superman III”, un desastre para el lucimiento de Richard Pryor, junto con el Hombre de Acero. Las heridas aún estaban abiertas.
En esta edad de piedra de la información era todo lo que teníamos. Sabíamos Leonard Nimoy dirigiría, después de haberse ganado los galones con Star Trek III. Recuerdo haber visto a William Shatner en Merv Griffin diciendo que quería «un poco» más de dinero. Las negociaciones salariales y su agenda con TJ Hooker obstaculizaban la producción.
Un avance rápido hasta el otoño de 1986. Tenía mejores esperanzas para “Star Trek IV”. Eddie Murphy había abandonado, e hizo “El Chico de Oro”. Su personaje se transformó en Gillian Taylor, el biólogo marina interpretada con brío y entusiasmo por Catherine Hicks. Todo lo que veía y leía me daba confianza en que llegaría a un buen término. .
Más que nada, estaba seguro de Leonard Nimoy estaría a la altura. Y así fue.
Star Trek IV podría haber sido un desastre absoluto. En otras manos, lo hubiera sido.
Nimoy y el productor Harve Bennett creían que un toque más ligero seria lo correcto. Después de toda la muerte, la destrucción (y resurrección) de las dos películas anteriores, era hora de aligerar el ambiente. Con un guion de Star Trek II, el director Nicholas Meyer equilibró el tono más claro con un gran sentido de la aventura y emoción, sin un villano (si había un villano, era la raza humana, que había cazado una especie noble, hasta a la extinción).
La historia, la de una sonda, alienígena, que causaba la destrucción sobre la tierra, en un vano intento de ponerse en contacto con las ballenas jorobadas, era una advertencia sobre nuestras tendencias a corto plazo, como raza, para sermonearnos o aniquilarnos. La luz se hacía entre nuestra intrépida tripulación del Siglo XXIII y viajaban al San Francisco de 1986, en una carrera contrarreloj en un intento de llevar dos ballenas al Siglo XXIII para responder a la sonda.
Nimoy había demostrado su valía como director con Star Trek III. Como se dice a menudo, las ruedas de entrenamiento salieron con Star Trek IV. Se le permitió hacer su película. Él creo una película que agradó a los fans y al público en general en la misma medida, y el atractivo crossover llevó a grandes ganancias de taquilla, por lo que “Misión: Salvar la Tierra” fácilmente fue la película con más éxito de entre las películas de “La Serie Original” hasta la fecha. Mi madre también la vio.
Leonard era particularmente sensible a las necesidades de sus compañeros de reparto, todos los cuales habían dicho sus líneas de dialogo, que a menudo se escriba para ellos, además de sus papeles secundarios. Ya bien respetado por sus colegas, Nimoy se aseguró de que cada uno de ellos tuviera su momento de gloria. Sacándoles de sus roles familiares en el puente (o la sala de máquinas), cada uno tenía una parte integral en la obra, la misión más importante, y fue maravillosa ver. ¡Un grupo de actores con talento!
Nimoy provocó maravillosas actuaciones de sus actores (¡y de él mismo!) Y sacó el mejor de talento de su equipo. No es suficiente decir acerca del profesionalismo, la voraz curiosidad intelectual y humana, la decencia del hombre. En todos mis años como fan, nunca he oído a nadie criticarla, y solo hay que ver el reciente documental de su hijo, Adam, «Por el amor de Spock,» para entender la estima que inspiró a todos los que le conocieron. En serio, ¡lo consiguió!
Por mucho que me gustaron las bandas sonoras anteriores de James Horner para el Star Trek II y III, Nimoy contrató a su amigo Leonard Rosenman para escribir la música para “Misión: Salvar la Tierra”, y creo un boyante, alegre banda sonora que empareja perfectamente el cambio de tono de la película de las ballenas, la operística y la diversión. Sigue siendo una de mis obras preferidas de “Star Trek”.
“Misión: Salvar la Tierra” representa tal vez el ápice de mi afición por “Star Trek”. Esto no quiere decir que nunca se desvaneciera o vacilara, pero estábamos en medio de una época en la que todavía había nuevas películas con la tripulación de la Serie Original en el horizonte, y por mucho que me gustaban ciertas iteraciones adicionales, nada ha eclipsado mi amor por la tripulación original. Yo estaba sumergiéndome entre los fans, y la satisfacción de las personas que compartían mi amor por Star Trek. Devoraba libros y materiales auxiliares como un loco.
Llevo casi un año que “Star Trek Trek IV apareciera en VHS. Repitiendo su estrategia previa con “Star Trek III”, Paramount astutamente estreno “Star Trek IV” para su venta a través al precio de 29,99 dólares, lo cual estaba a mi alcance para mis 17 años. La vi dos veces el día que la compré y todos los días durante semanas En los treinta años siguientes, la he actualizado a láser disc, DVD y Blu-Ray, desde la edición estándar a ediciones especiales, desde la versión panorámica a la pantalla ancha.
Es una película que se merece varias visualizaciones, y no ha perdido su encanto. Es la película que hizo que la corriente principal se sentara y tomara nota. Es una prueba positiva de que no es necesario un villano para nuestra intrépida tripulación se opusiera, sino una búsqueda heroica por el bien de toda la humanidad.
Al final, es una carta de amor a los fans de Leonard Nimoy, ejecutada con brillantez técnica, pero lo más importante, con gran reverencia y comprensión íntima de lo que a todos nos gusta tanto.
Gracias, Leonard. Te nosotros también te queremos.
Fuente ´trekmovie.com
Traducción Miguel SJ