«EL FACTOR ICARO»

 

Mientras el Enterprise, , se dirige a la Base Estelar Montgomery para realizar diagnósticos en sus motores, Picard recibe un mensaje de la Flota Estelar en el que se ofrece al Comandante Riker el mando del Aries y una misión de exploración

potencialmente peligrosa en un sector distante. Picard le informa a Riker que mientras el Enterprise es un puesto prestigioso, no puede reemplazar la experiencia de tener un mando propio, y le da 12 horas, la duración de su parada en la base estelar, para decidir. La decisión de Riker se complica por el hecho de que el consejero civil que la Flota Estelar ha enviado para informarle sobre su misión resulta ser su padre, Kyle Riker con quien tiene una relación antagónica.

Después de que su padre hace varios intentos de reconciliación, lo que Will rechaza, la tensión entre los dos finalmente se desvanece, y acuerdan una combinación de anbo-jitsu, una forma de artes marciales. Durante el combate, los dos continúan discutiendo, con Will expresando su amargura por la muerte de su madre. Will interrumpe el combate, alegando que un movimiento que su padre usó es ilegal, y se da cuenta de que su padre solo había sido capaz de vencerlo en su juventud haciendo trampas, lo que su padre admite. Los dos finalmente pueden hablar y reconciliarse, y Will admite que está contento de que su padre haya venido.

Mientras tanto, el alférez en funciones Wesley Crusher se da cuenta de que el Teniente Worf está actuando de manera extraña, y solicita la ayuda del Ingeniero Jefe Geordi La Forge y del Comandante Data para averiguar por qué. El trío finalmente se entera de que Worf estaba llegando a un importante aniversario, 10 años desde su Edad de Ascensión, que normalmente se celebra con un importante ritual klingon entre otros klingon. Recrean el ritual, que implica dos filas de guerreros klingon blandiendo bastones de dolor, en la Sala de Hologrmas una sorpresa para Worf. Mientras recita votos de honor, Worf sufre sacudidas de los palos con cada paso hacia adelante, soportando el dolor extremo, y finalmente llega al final, donde está agradecido a su «familia» a bordo de la nave por honrarlo de esta manera.