La tripulación del Enterprise rescata a los ocupantes de una nave en apuros con un órbita y, Picard se encuentra en medio de una disputa entre los representantes de las dos sociedades – los Brekka y la Ornara – que están involucrados en una transacción comercial en relación con un cargamento valioso. El pago de la Brekka para la carga es destruida con la nave, por lo que los Ornara rechazan la entrega. El problema se agrava cuando el pago que las dos razas dicen que se trata de un medicamento resulta ser un narcótico. Los Ornara se benefician en gran medida de la dependencia de los Brekka de la droga, lo que ha permitido a los ornara avanzar en su sociedad, mientras que los Brekka se han mantenido a flote durante los últimos 200 años. Crusher quiere desesperadamente liberar a los Brekka de su adicción a las drogas, pero Picard observa que esto sería una violación flagrante de la Primera Directriz.
El Primera Directriz. Puede ser un debate sea interesante, y es agradable ver la aversión de la Crusher cuando se trata la situación aun cuando Picard la defiende como un principio necesario. Pero, de nuevo, es un problema clave en «Simbiosis» que simplifica en exceso la historia hasta un punto que nos vemos obligados a preguntarnos cómo, después de 200 años, toda una sociedad puede uniformemente ser adicta a una droga con el conocimiento de que están siendo explotados por sus socios «simbióticos» en el tráfico y la adición de drogas adicción. Además son irremediablemente incompetentes en lo referente a pilotar naves, lo que hace que nos preguntemos como sobreviven aún.
En pocas palabras, «Simbiosis» – a pesar de que trata sobre algo real – es en última instancia demasiado torpe y simplista para funcionar. Hay un punto en la historia donde un Ornara en realidad sonríe de forma irónica a Picard cuando se enfrenta a ella por su comportamiento de explotadora. Esto revela la historia como la parodia involuntaria más que una parábola.