De entre todos los episodios anteriores de Star Trek que muestran las cualidades más visibles de la serie llega este episodio, que por desgracia es un ejemplo de exceso de ciencia ficción.
En primer lugar tenemos la noción extremamente ridícula de que el encuentro entre los dos s Lázaros, significaría la destrucción del «todo el universo.» Tales argumentos exagerados rara vez son eficaces. Además, este episodio parece estar enamorado de su propio uso de palabras de moda de la ciencia ficción de entonces. Además de la materia y la antimateria, tenemos los conceptos de un «universo paralelo», un «final en el espacio», una «nave del tiempo», una «puerta de enlace inter-universal», etc. Poco de esto tiene mucho sentido, no importa el duro trabajo que Shatner y Nimoy realicen en el diálogo para incredulidad el uno del otro.
El episodio se convierte en una colección de elementos inconexos insostenible en una historia sin cohesión primordial. (Y, por cierto, ¿por qué el Enterprise destruye una nave del tiempo haciendo que la nave del universo paralelo sea destruida?).
En realidad, cuando miro a este episodio, veo un buen potencial, la historia no termina de cuajar en la pantalla. La treknochachara “dicta” que no se puede mezclar así, como así, la materia con la anti-materia. Si pones la materia y la antimateria juntas, explotarán, por lo que, obviamente, la mezcla de un universo con el otro universo causaría una gran destrucción. Lázaro estaba decidido a detener esto a toda costa.
La historia podría haber mejorado, si en lugar de darnos la idea de la explosión del universo completo, nos hubieran hablado de la explosión de una supernova, un planeta, un sistema… Imaginemos un final diferente, con el Enterprise siguiendo su camino después de resolver la situación con Lázaro, la escena gira repentinamente – literalmente – al universo de anti-materia, donde otro Enterprise acaba de llegar al planeta donde anteriormente todo ha comenzado anteriormente.