Aún no he habían apagado los focos del rodaje del último capítulo de «Star Trek: La nueva Generación», el magistral «Todas las cosas buenas…», cuando se comenzó a hablar sobre llevar a la tripulación del Enterprise-D, a pesar de las diversas posibilidades que se habían barajado antes de tomar la decisión final.
En realidad, la génesis de la séptima película se había iniciado mucho antes que llegara el final de la serie. A finales de 1993, la idea es que «La Nueva Generación» tuviera una octava temporada. Como resultado de negociaciones con la Paramount, Berman había aceptado el cargo de productor ejecutivo para las dos siguientes películas de Star Trek y por lo tanto, le correspondía elegir a los guionistas de los nuevos largometrajes. Entonces, Rick Berman, no tuvo ninguna duda, y llamó a dos de los guionistas más influyentes de LNG Ronald D. Moore y Brannon Braga. Continuar leyendo