He estado bastante pendiente de esta serie de comics de Star Trek cómics desde que me entere de su publicación, y lo cierto es que no me ha decepcionado.
Si te presionaran para que eligieras de una lista de entre los mejores episodios de Star Trek: La Serie Original, uno, el que viene a la cabeza es sin duda «La Ciudad en el límite de la Eternidad». Por un amplio margen es considerado como uno de los mejores episodios de cualquiera de las series de Star Trek de. Pero la versión que fue filmada realmente difería bastante significativamente de la adaptación para televisión que Harlan Ellison escribió originalmente. Esa adaptación para televisión ha sido publicada en forma de libro varias veces a lo largo de los años, pero este nuevo proyecto de Star Trek de IDW es que los fans finalmente pueden ver la historia de Ellison y compararla con Gene Roddenberry.
Los escritores Scott y David Tipton han adaptado el guión en formato cómic, con JK Woodward poniendo las ilustraciones. Los dibujos están muy bien, capturando el ambiente retro de Star Trek, aunque un poco rígido y sin vida en la forma de cómic. Me gustaría decir que hay un margen mucho mayor para los efectos visuales y un mayor sentido de la maravilla de los seres misteriosos (plural ahora más que en singular) que custodian el portal del tiempo. Este cómic no está vinculado por las mismas limitaciones de narración que afectaban a las historias de la Serie Original
.A pesar de que este primer número apenas llega a presentarnos la historia, hay varias áreas en las que tiene claras mejoras tangibles con respecto a la historia presentada en el episodio final. Por un lado, hay un ritmo más metódico para este guión. Una de las razones de que la adaptación para televisión de Ellison fuera reescrita en primer lugar es que se consideró demasiado largo y demasiado ambicioso para un episodio de televisión de una hora. Y eso era probablemente cierto, pero el problema es que «La Ciudad en el límite de la Eternidad» se mueve demasiado rápido y no permite a los espectadores saborear a Kirk y a Spock y la difícil situación de los problemas morales que el conflicto plantea. Este cómic parece que va a estar mucho más dispuesto a reducir la velocidad y permitir que los personajes y las relaciones florezcan.
Este número también presenta el conflicto central de una manera más realista y plausible. En el episodio original, McCoy se inyecta accidentalmente con una sobredosis de un medicamento, enloquece y torpemente se abre camino hasta el portal del tiempo en el planeta que le lleva hasta el año 1930. Eso siempre me pareció un elemento extraño e innecesario. Pero aquí, McCoy es sustituido por un teniente renegado que huye del Enterprise de haber sido expuesto como traficante de drogas. Es obvio por qué Roddenberry quería que material extirpado. Era muy firme sobre sus historias de Star Trek que reflejan una noble humanidad, un futuro brillante. Pero una de las razones que siempre gravitó en Deep Space Nine más que en otras series es que era más pragmático sobre el futuro de la humanidad y estaba dispuesta a tratar a los personajes como seres humanos, con todos sus defectos. Eso es algo que, evidentemente, también hace Ellison, y un buen augurio para esta serie en el futuro.
La interesante propuesta del guión de Ellison, iba pues, en contra de la perfecta armonía de Roddenberry de la Federación. Podemos incluso ver que parte de la tripulación no está en su momento más estable durante los primeros años de su misión de cinco años y las drogas ilegales se venden a bordo con fines de lucro que, a su vez, dan lugar a un ataque a bordo de un compañero de tripulación a otro. Es nuestro asesino, Beckwith, el que escapa del Enterprise, encerrándose a sí mismo en la sala de transporte y se transporta hasta el planeta; y escapa a través del portal del tiempo. Con el tiempo, cuando nuestro equipo visitante llegó en el planeta descubren la ciudad en el límite de «La Eternidad» y se comunican con los guardianes que velan por el portal.
El primer ejemplar, está bien escrito y es muy buen manejado por Scott y David Tipton quienes están ambos bien versados en sus historias de Star Trek y se las han apañado para para llevar la historia de a las páginas bastante bien. Vemos a Rand usando un enorme rifle para la puerta de la Sala del Transportador. Los dibujos de JK Woodward, cuyo anterior trabajo para Star Trek fue «Asimilación2», personalmente me gusto, al igual que me está gustando el trabajo de Woodward para esta serie. En ocasiones, hay un aspecto muy etéreo, pero los personajes son muy reconocibles, no como en los dos últimos números de la «Star Trek Ongoing».
Este número es un gran trabajo y es una forma perfecta de empezar el cuento clásico de Harlan Ellison.
Miguel SJ