Por Susan Thomson
Yoshi apretó los dientes contra la cacofonía repentina en el Puesto de Avanzada 147, cuando sirenas hicieron advertencias urgentes y fuertes luces rojas brillaron a su alrededor. Después de haberse transportado desde la relativa calma del Enterprise necesitaba un momento para orientarse. El puesto de avanzadas se agitó bajo de sus pies cuando un arma Jem’Hadar golpeó los escudos. La tecnología del transportador había tenido éxito transportando a su equipo de tres personas cerca de la cámara central blindada, pero salvar la estación y a sus 53 residentes bajoranos tenía el listón más alto.
Espero a ver los daños y se esforzó frenéticamente para detener la señal
antes de que se sobrecargara. Allí se encontraba una mujer solitaria mujer bajorana, de apenas la edad necesario como asistir a la academia de la Flota Estelar, corriendo entre las consolas y paneles prácticamente sollozando mientras trataba de mantenerse a la altura del fallo en cascada.
Que hubiera sido capaz de hacerlo hasta ahora era impresionante. Pero Yoshi sabía que no podía conseguirlo para siempre. Hizo una seña a su equipo y los dos alféreces intervinieron para ayudar a la mujer a estabilizar el núcleo. Continuar leyendo