El planeta Ta’ith es el hogar de dos tribus rivales de seres inteligentes – los Deconstructores y los Conservadores y su existencia está en peligro por un creciente campo de radiación generado por el pulsar Vela. Ambas partes, sin embargo, tienen estrategias completamente opuestas para tratar con el problema. Para los Conservacionistas, se trata tan solo la tecnología de su carrera predecesora – conocidos como los «Dioses Caídos» – será capaz de salvarlos. Los Deconstructores, sin embargo, creen que la tecnología es la fuente de todos sus problemas, y que sólo su destrucción servirá para un propósito propicio.
Por supuesto, estos antecedentes le son desconocidos al capitán Riker y a la tripulación de la Titán, que se encuentra esperando la llegada de una de las nuevas naves con motor de Slipstream de la Federación para llevarse a aquellos miembros Andorianos de la tripulación, que han renunciado a su comisión. Riker no ha accedido complaciente a sus peticiónes, pero esto es sólo el comienzo de sus complicaciones, ya que ahora una nave de guerra Andoriana exigiendo la repatriación de hasta el último Andoriano bajo su mando.
Mientras «Fallen Gods» aumenta su alcance, el lector descubre dos verdades muy desconcertantes. Una de ellas, pone en peligro la cordura de Tuvok, y que viene directamente de Ta’ith y de la raza predecesora y el otro se lleva a cabo entre los pasillos y las salas del transportador de la nave de guerra Andoriana. El primero representa un gran factor para salvar o perder la vida de Tuvok y la misión de exploración del Titán de exploración, mientras que el segundo representa un punto de inflexión en las peligrosas relaciones entre Andoria y la Federación. Continuar leyendo